Hoy toca receta rápida, fácil y
light. Las ensaladas son el recurso más fácil para cenar ligero, pero la verdad
es que si eres como yo y no te gusta todo, aburre bastante y llega un punto que
no sabes cómo hacerlas para evitar la monotonía.
Si no os prohíben la fruta, que
como contiene azúcares naturales a veces los médicos nos la ponen en la lista
negra, son un buen toque para añadir a las ensaladas, y si vais variando según
cuales sean las de esa temporada, os aburriréis mucho menos.
Una de mis favoritas es la
granada, ¡me encanta! Así que será la protagonista de la ensalada de hoy. Los ingredientes
para una ración son los siguientes: lechuga (al gusto), una cucharada sopera de
piñones, otra de pasas, media manzana y media granada. Hay que reconocer que
esta fruta cuesta de pelar, y si intentamos ir sacando los granos a cucharadas
nos podemos volver locos. Yo cojo siempre un bol y un mortero, pongo la mitad
boca abajo y voy aporreando la piel hasta que caen casi todas. Entonces le doy
la vuelta y acabo de sacar las que faltaban.
El procedimiento no tiene ningún
secreto, cada uno que lo mezcle todo y la aliñe a su gusto, pero si os da
pereza comer ensaladas en general, un truco tonto que a veces funciona es
presentarla de manera apetecible, ¡no perdéis nada por probarlo! Aunque la luz
de las fotos no es la mejor, aquí os dejo una muestra de la que me hice ayer.
¡Buen provecho!
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