¡BIENVENIDOS!

He creado este blog porque a menudo he pensado que era un bicho raro y que nadie me entendía. Seguro que hay más gente que padece obesidad y que tiene ganas de cuidarse y de cuidar su aspecto pese a sus quilos de más, de ser feliz y vital digan lo que digan. Si ese es vuestro caso, o simplemente os pica la curiosidad, ¡bienvenidos!

martes, 18 de noviembre de 2014

Foulards para el otoño

Una de las cosas que más me molesta de algunas marcas que hacen ropa de tallas grandes es que los estampados suelen ser muy de señora mayor, que no tengo nada en contra, pero ya me llegará, ¡no hace falta parecerlo a los 26! Así que me acabo ciñendo a los básicos y a veces puede quedar un look muy serio y aburrido. La manera más fácil de darle un toque de color para todas las tallas es usar complementos que vayan a juego o que contrasten.

Cada uno se sabe sus complejos y preocupaciones. En mi caso, prefiero centrar la atención en mi cara y cabeza, así que siempre utilizo complementos de pelo, pañuelos, y algún que otro gorro cuando me atrevo. Hay quien prefiere llevar bolsos llamativos o zapatos que destaquen, pero hoy nos centraremos en el foulard.

He buscado videos en youtube con maneras originales de ponérselos para que no nos aburramos. La mirada seductora a cámara os la podéis ahorrar, ¡que debe ser muy cansado ir con esos aires todo el día! ;-) Los colores de otoño dan mucho juego, ¡así que a ser creativos! Espero que os gusten y os animen a variar.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Qué no te gusta de tu cuerpo?

No, hoy no voy a soltar ninguna de mis parrafadas, os paso un link de un vídeo publicitario que lo dirá todo por mí. Una persona especial me lo pasó y enseguida supe que quería compartirlo con quienes leáis el blog. Es genial, corto y conciso, no como otras... ;-)

Espero que os haga pensar, pero sobretodo, que os haga sonreir. 

https://www.youtube.com/watch?v=cd6NcfFfEvs

martes, 4 de noviembre de 2014

Miedo Miedito

Todo el mundo tiene miedo a algo, aunque no sepa muy bien a qué, aunque diga que no, aunque no lo reconozca… Pienso que todos tenemos alguno y que en parte eso es sano, nos pone en estado de alerta, nos hace valorar lo que no queremos perder, nos activa para superar los obstáculos.

Eso sí, por absurdo y evidente que parezca, si queremos convivir con nuestros miedos o intentar superarlos, lo primero que hay que hacer es identificarlos, ponerles nombres y apellidos y llevárnoslos delante del espejo. Es entonces cuando hay que mirar a tus fantasmas a los ojos e intentar ver cómo te comportas cuando aparecen, que reacción sueles tener delante de tus miedos, qué te funciona y qué no.

Una vez hechas las presentaciones formales (señor miedo, aquí señor yo mismo), tus temores te pueden paralizar o pueden ser precisamente el motor que te empuje hacia adelante y, aunque parezca un tópico, depende únicamente de ti. No lo digo porque haya superado mis miedos, porque a veces parece que los coleccione, sino porque he comprobado mil veces que cuando es otro quien lo hace por ti o cuando lo tapas y haces como que no existe, no sólo no se van sino que reaparecen con más intensidad cuando menos te lo esperas.

En mi caso, durante el proceso de empezar a conocer a alguien o durante la evolución natural de cualquier relación social ya existente, me ayuda mucho hacer saber a los demás qué temores tengo, cómo y por qué reacciono a ellos, y eso ayuda a que me comprendan y a entenderme mejor a mí misma. Al principio pensé que eso me haría más vulnerable, pero con la experiencia me he dado cuenta de que poniendo las cartas sobre la mesa no sólo me anticipo a lo que pueda afectarme sino que puedo controlar mucho mejor las situaciones que antes habrían sido críticas.

No, no he conseguido superar mis miedos, ni mucho menos, pero sí convivir con ellos, encontrar mis propios límites e irlos superando a pasito de tortuga, sin prisa pero sin pausa. Para mí es un ejercicio de autoestima, cada vez que consigo valorarme a mí misma más que a mis miedos es un pequeño triunfo que me anima a seguirlo intentando, así que puedo afirmar sin duda alguna que vale la pena.