¡BIENVENIDOS!

He creado este blog porque a menudo he pensado que era un bicho raro y que nadie me entendía. Seguro que hay más gente que padece obesidad y que tiene ganas de cuidarse y de cuidar su aspecto pese a sus quilos de más, de ser feliz y vital digan lo que digan. Si ese es vuestro caso, o simplemente os pica la curiosidad, ¡bienvenidos!

domingo, 4 de septiembre de 2016

QUIERO SER DIVINITY


Me encanta la moda y el estilismo y pienso que estamos en un momento en que las redes sociales y la manera de proyectar las nuevas tendencias está cambiando. Este nuevo enfoque cada vez da más lugar a la diversidad y globalización de un mundo que a veces ha sido demasiado frívolo y ha contribuido a establecer pautas de conducta muy excluyentes en nuestra sociedad. 


Cuando vi que en Divinity hacían un programa sobre estilismo desde el punto de vista de gente que estaba aprendiendo y que se proyecta mediante las redes sociales, ilusa de mí, creía que era una buena oportunidad para demostrar, por un medio tan influyente como la televisión, que ahora más que nunca la moda, como expresión artística que es, es de todos. 

Pues resulta que el programa muestra en la mayoría del tiempo cómo se ponen verdes los concursantes entre ellos y se compinchan para criticarse, de un modo lejos de ser constructivo, y con una falta de respeto que sorprende viniendo de adultos. Lo de menos es lo que hayan hecho con los retos de estilismo que se les proponen, y las pautas didácticas que se supone que deberían recibir de los profesores y que podrían tener interés para la gente que mire el programa porque le gusta la moda o el estilismo.

Lo que más me sorprende de todo es que el grupo de profesores y Sara Carbonero misma, que tienen un conocimiento de este mundo más que sobrado, no hacen hincapié para nada en el hecho de que es un trabajo de equipo, en el cual no solamente entra en juego el ego del estilista sino todo su equipo de trabajo, que suelen hacer colaboraciones con otros profesionales y que pueden aprender los unos de los otros si dejan de pensar en pasarles por encima al precio que haga falta.

Están permitiendo que la audiencia siga pensando que el mundo de la moda se limita a esto. 

Por último, me indigna ver una representación barata del patio del colegio o el instituto, en el cual el grupo de los líderes atacan sin respeto ni modales a sus iguales y lo pintan de que cuanto más crueles son, más valen, porque es su libertad de expresión la que habla. Hay muchas maneras de decir las cosas, y el ejemplo que están dando a los adolescentes que miren el programa (que es claramente a quien va destinado) es de que esto es lo «normal» y aceptable, porque ni siquiera los profesores comentan nada al respecto. Dar una opinión negativa a alguien no implica tratarlo mal ni faltarle al respeto.

Soy una ilusa por creer que sería un programa de televisión con contenido y no un circo? Sí, pero me sigue decepcionando que no evolucionemos y ver a profesionales que admiraba entrando a este juego. 

En fin, habrá que seguir luchando para que los valores con que nos bombardean no sean con los que nos guiemos para tratarnos los unos a los otros, y para perder poco a poco el tipo de conductas que desde hace tiempo se está intentando romper en el mundo de la moda.

lunes, 11 de enero de 2016

Salgo del armario

Hoy salgo del armario a mi manera. Quiero explicar que me he sometido a una reducción de estómago, una decisión que no fue fácil y que ha supuesto un esfuerzo mayor al que muchos imaginan. La gente de mi entorno más cercano, que de un modo u otro comparte alguna parte de mi día a día ya lo sabe porque intento explicarlo y naturalizarlo al máximo, pero quería atreverme a contarlo.

De mis intentos fallidos antes de llegar a esta decisión, de mis motivos y de las consecuencias físicas que hay detrás de la operación puede que hable otro día, si me apetece, si me veo capaz y si creo que puede servir de ayuda a alguien. Hoy, sin embargo, me interesa hablar de lo que supone a nivel de identidad haber perdido tanto peso, tanto por lo que para mí significa ser “yo” ahora, como por lo que percibo en la gente que me rodea.

Los que me conocen saben que intento decir las cosas buenas que veo en la gente, y que igual que les regalo los oídos (nunca con nada que no piense realmente), si me piden opinión sincera la digo, intentando siempre no ofender con ello. Reconozco también que soy muy susceptible cuando recibo críticas negativas sobre mi peso sin haberlas pedido y debería aprender a relativizar, pero es que me parece muy gratuito.

¿Por qué hago hincapié en esto? Pues porque cuando pierdes peso, la gente se cree con el derecho de criticar lo que hacías mal, a veces incluso sin darse cuenta de que lo están haciendo, como si no lo supieras ya y no te sintieras suficientemente culpable, como si no fueras todavía la misma persona y en realidad estuvieran poniendo verde a alguien que no está escuchando la conversación. Sinceramente, en ninguna de las ocasiones en las que esto me ha sucedido, he sentido que la otra persona me lo estuviera diciendo con la más mínima mala intención. Más bien al contrario, es su manera de premiar, en contraposición a lo que antes hacías mal, lo que ahora haces bien. Pero duele igual, porque no es lo mismo que te digas a ti mismo lo que ya sabes, que el hecho de que te lo digan los demás.

Hay una frase que me gusta mucho de Lewis Carroll, autor de “Alícia en el país de las maravillas”, que dice: “Sabía quién era esta mañana, pero he cambiado varias veces desde entonces”. Para mí explica perfectamente cómo me siento. Cada experiencia que vivimos, cada fracaso, cada éxito, cada aprendizaje, determina quienes somos en el presente. Igual que cada segundo cambia mi versión de mí misma, sigo siendo la misma persona que en cualquier momento anterior. Por eso nos pueden seguir doliendo las cosas del pasado por mucho que cambie nuestro presente. Por eso me siguen doliendo las referencias a mi peso anterior por muy diferente que sea al de ahora.

No sé si me he explicado, tal vez me haya centrado demasiado en lo que todavía me cuesta de la nueva identidad que da el hecho de haber perdido tanto peso. Se vive de otro modo, con unas comodidades que no tenía y más contenta con mi aspecto físico, sí; con problemas nuevos y conservando inquietudes que pensaba (esperaba) que se fueran con los quilos, también.



Esta foto fue tomada pocos meses antes de someterme a la operación de reducción de estómago. La miro hoy y me sigo viendo a mí misma en esa foto. Estoy contenta de, pese a las dificultades que mi físico suponía, haber luchado por verme bien, por tener dignidad y ganas de quererme, no perder la coquetería. Estoy contenta también de recordar que pese a lo difícil que era tener una autoestima fuerte (esto todavía cuesta ahora), no me rendía e intentaba constantemente no dejarme condicionar por mis miedos e inseguridades.


Estoy orgullosa de la chica de la foto. Hoy, con cuarenta quilos menos, puedo decir con la cabeza bien alta, que esa chica SOY yo.  

martes, 7 de julio de 2015

Gordofobia

Antes de empezar, pido disculpas por los meses de silencio. No quería escribir cualquier cosa para rellenar espacios y no encontraba el momento para dedicar el tiempo que este tema merecía.

Durante este descanso varias personas me han escrito recomendándome artículos que hablaban de la gordofobia o la obesofobia, y me he estado informando, más allá de lo que obviamente he vivido en mi propia piel tantas y tantas veces. Uno de los que más me impresionó utilizaba el buscador de Google como ejemplo gráfico de la cantidad de prejuicios negativos que existen en la sociedad sobre la gente obesa, simplemente poniendo “las chicas gordas son” en el buscador y dejando que Google acabe la frase con lo más buscado al respecto. Se me ponía la piel de gallina, no solamente de verlo, sino de reconocer en ello complejos que siempre he tenido, no porque piense que cumplo esos prejuicios, sino porque pienso que es la imagen que la sociedad tendrá de mí al primer vistazo.  

La obesidad es un problema de salud que como tal debe ser respetado, pero ser una persona sana no solamente se refleja en lo que se ve, sino en lo que se es, así que la gente que desprecia a alguien por su físico con el argumento de que no es sano, se olvida de que su juicio contribuye al deterioro de la salud mental de las personas obesas, que tan importante es para que mantengamos la esperanza, intención o fuerza para mejorar nuestra condición física.

Dicho esto, quiero centrarme en las numerosas campañas que se han realizado como defensa ante el obvio rechazo social que recibimos la gente con obesidad. No voy a hablar de quién tiene la razón, porque en el momento en que todos podemos argumentar lo que pensamos sin faltar a nadie, nuestra opinión debería ser respetada. No necesitamos estar todos de acuerdo, pero sí coexistir, respetarnos e intentar comprendernos mutuamente. Y lo digo porque, como afectada, me dolía ver como personas que se sentían tan ofendidas como yo argumentaban con ataques que me parecen del mismo bajo nivel, y que se extienden en el estado de ánimo común con el mismo peligro que los otros. Lejos de buscar soluciones, de mostrar a quien nos prejuzga lo que valemos, entramos en la absurdidad de una batalla que desmonta nuestras teorías de belleza universal, de respeto o de tolerancia.

Los obesos tenemos que aceptar que la gran mayoría no queremos serlo, tenemos un problema de salud tanto físico como mental y, quien más quien menos, hemos intentado mil veces cambiarlo. Esto es un hecho, duro pero aceptable, y tenemos que luchar para que los que no lo hayan vivido o lo hayan superado comprendan que no a todo el mundo le resulta igual de fácil y que puede que lleguemos a un estado de paz con nosotros mismos a nivel de aceptación mental que es mucho más saludable que vivir constantemente odiando tu propio cuerpo. Como veis, estoy hablando en todo momento de salud, ya que pienso que para hacer bandera de unos cánones de belleza diversos y universales, no podemos presentarlo  partiendo de un autoengaño.


Esto no quita que defienda a capa y espada que toda persona es bella y que potenciar esa virtud depende, sobretodo, del amor que tenga hacia sí misma. Repito, eso también forma parte de ser una persona sana, y por ello trabajamos en este blog. 

Espero no tardar tanto en escribir la próxima vez! :-)

jueves, 15 de enero de 2015

Hablemos de gordura... con humor

Hoy no os voy a dar yo la charla, os la dará Ricardo Moure, el científico que colabora en el programa de Buenafuente, "En el aire". Verdades que tanto los obesos como a los que nos rodean deberíamos saber:

https://www.youtube.com/watch?v=fPG0xM-gofA 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Looks de Otoño

Dicen que más vale tarde que nunca, así que aquí lo tenéis. ¡Quería hacer un especial de looks de otoño y casi se nos pasa la temporada! Como mi objetivo es demostrar que todos y todas podemos sentirnos a gusto con ropa normal y que cada uno puede encontrar sus trucos, quise hacer unas fotos con diferentes combinaciones de ropa y complementos sencillos y asequibles y que las imágenes no fueran de revistas, sino reales, con ropa que tenía en mi armario. Dicho así suena fácil, pero no sabéis lo que me ha costado, las mil y una fotos que hemos hecho hasta que alguna me ha gustado… ¡vaya una estoy hecha para hacer un blog sobre seguridad en sí misma! Así que, por favor, ¡tened piedad con los resultados! ;-)

Dicho esto, ¡al trapo! A mí el otoño me transmite melancolía, no tristeza pero sí ese aire romántico de siempre, así que he buscado un look un poco bohemio para empezar. Como cuesta encontrar ropa original de mi talla, intento tirar de básicos y busco la originalidad en los complementos, mucho más fáciles de adaptar a mi volumen. En este caso, mallas marrones, botas camel montañeras, una camiseta en cualquier tono tierra tirando a neutro y dos complementos con carácter: un kimono en tonos granates y negros y una boina gris oscuro.


Para la segunda idea he aprovechado la misma base y he cambiado los complementos. Una falda granate, a juego con una chaqueta larga abierta del mismo tono y un gorro del mismo color tipo boina. El bolso pequeño con flecos acaba de completar el conjunto y hace juego con los zapatos.

Un look más casual es este otro. He utilizado unas mallas marrones estampadas con pequeñas flores y un jersey color mostaza para darle más color. Esta vez he escogido un bolso grande ya que para el día a día soy de las que acostumbro a llevar la casa a cuestas.

Y ya para conseguir un look más urbano, saliendo de los tonos tierra y entrando en los colores fríos más propios del invierno, he utilizado unos tejanos y un jersey azul eléctrico, con un foulard más claro en el cuello. En este caso me habría cambiado los zapatos por unas botas negras pero no estaba cerca de casa así que estos eran los que tenía. 

A parte de estas cuatro propuestas de looks completos, hay otros detalles que me gusta usar en otoño. Es la época perfecta para recurrir a los foulards (en la entrada anterior daba ideas de cómo ponérselos, aunque ya veréis que no soy precisamente una experta), maquillaje en tonos tierra y granates,

… y otros complementos como son las plumas,

… las hojas,

... y los gorros.


martes, 18 de noviembre de 2014

Foulards para el otoño

Una de las cosas que más me molesta de algunas marcas que hacen ropa de tallas grandes es que los estampados suelen ser muy de señora mayor, que no tengo nada en contra, pero ya me llegará, ¡no hace falta parecerlo a los 26! Así que me acabo ciñendo a los básicos y a veces puede quedar un look muy serio y aburrido. La manera más fácil de darle un toque de color para todas las tallas es usar complementos que vayan a juego o que contrasten.

Cada uno se sabe sus complejos y preocupaciones. En mi caso, prefiero centrar la atención en mi cara y cabeza, así que siempre utilizo complementos de pelo, pañuelos, y algún que otro gorro cuando me atrevo. Hay quien prefiere llevar bolsos llamativos o zapatos que destaquen, pero hoy nos centraremos en el foulard.

He buscado videos en youtube con maneras originales de ponérselos para que no nos aburramos. La mirada seductora a cámara os la podéis ahorrar, ¡que debe ser muy cansado ir con esos aires todo el día! ;-) Los colores de otoño dan mucho juego, ¡así que a ser creativos! Espero que os gusten y os animen a variar.



miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Qué no te gusta de tu cuerpo?

No, hoy no voy a soltar ninguna de mis parrafadas, os paso un link de un vídeo publicitario que lo dirá todo por mí. Una persona especial me lo pasó y enseguida supe que quería compartirlo con quienes leáis el blog. Es genial, corto y conciso, no como otras... ;-)

Espero que os haga pensar, pero sobretodo, que os haga sonreir. 

https://www.youtube.com/watch?v=cd6NcfFfEvs